El caso de Tomás Gimeno se convirtió en uno de los crímenes más atroces de la historia de Tenerife, en España. El hombre planeó una feroz venganza para su ex pareja, Beatriz Zimmermann. Tras su separación, el vínculo entre ellos fue empeorando y conforme pasaban los meses, él buscaba la manera de “causarle el máximo dolor”, tal como dice la investigación de la Justicia.
Gimeno raptó a sus dos pequeñas hijas, Olivia y Anna, y las asesinó a sangre fría. Al parecer, luego hizo dos viajes a altamar y arrojó los cadáveres al océano, atados al ancla de su lancha. Días después de la desaparición de las nenas, encontraran el cuerpo de Olivia dentro de una bolsa en el fondo del mar.
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En las últimas horas, la ardua investigación arrojó un nuevo detalle estremecedor en la causa. Tras cometer el crimen, el asesino fue a la casa de sus padres para dejarles al perro, unas tarjetas de crédito y sus claves bancarias, y lo hizo con los cadáveres de las dos niñas en el baúl de auto.
Esta semana, un juzgado de la isla española ordenó el cese de la búsqueda en el mar de Tomás Gimeno y de su hija Anna, de 1 año, a quien presuntamente asesinó junto a su hermana Olivia, de 6, y arrojó al agua antes de suicidarse.