La investigación de la revista científica Science afirma que, cuando la mayoría de la población esté vacunada, el coronavirus comenzará a ser menos violento y terminará siendo un leve resfrío.
“Nuestro modelo sugiere que esta transformación tardará entre uno y 10 años”, explicó Jennie Lavine, investigadora de la Universidad Emory, en Estados Unidos, al diario español El País.
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La mayoría de expertos piensa que el SARS-CoV-2 no desaparecerá nunca, pero cuando la mayoría de la población este vacunada, el patógeno comenzará a atenuarse, y producirá una infección asintomática para los adultos y solo un leve catarro en niños.
Es importante destacar que para que esto suceda tiene que estar avanzada la vacunación. “Lo ideal es que la capacidad de bloquear la enfermedad sea duradera, pero que la capacidad de transmisión sea más corta”, detalló Lavine.
Los científicos aseguran que la composición del SARS-CoV-2 es más parecida a los virus del resfrío, por lo que en una población vacunada, el virus no podrá seguir causando enfermedad grave.
“Estos resultados refuerzan la importancia de seguir con las medidas de aislamiento hasta que las campañas de vacunación durante esta fase pandémica hayan concluido. Es posible que sea necesario continuar la vacunación en la fase endémica”, explicaron los autores del trabajo al diario El País.
Pese a lo que se cree, la aparición de variantes más contagiosas, como la de Reino Unido, puede mejorar las cosas, según Lavine. Una variante que se extienda más rápido pero no sea más letal bajará la mortalidad. Además, reforzaría la inmunidad de la gente, porque un infección asintomática mejoraría las defensas. Y, por último, mantendría el sistema inmune “actualizado” ante otras posibles variantes.