Un aberrante hecho causó conmoción total en la ciudad de Lyon, en Francia. Una maestra jardinera se hartó del llanto de una beba de 11 meses y decidió envenenarla con soda cáustica.
Si bien el fallecimiento de la pequeña ocurrió hace unos días atrás, ahora las pericias confirmaron cuál fue la causa real. En ese momento, Lisa, la niña intoxicada, fue trasladada al Hospital Mujer Madre Niño en Bron, donde intentaron reanimarla varias veces sin éxito.
Por el tremendo episodio, la fiscalía comenzó una investigación para saber qué había sucedido dentro del establecimiento. Los primeros resultados ya arrojaron que se había tratado de "ingestión de un producto tóxico por parte de la niña".
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A los días la mujer, que era la única persona presente al momento del hecho, fue detenida y acusada de homicidio involuntario. Primero dijo que que la niña se había ensuciado la cara con pintura y que ella intentó limpiarla con el producto por temor a ser reprendida.
Sin embargo, la investigación avanzó y la fiscalía comprobó que "no se pudo corroborar la tesis accidental". Finalmente, la mujer confesó que “abrumada por el llanto de la niña” la roció y la hizo ingerir un producto tóxico.
Ahora se conoció que el producto fue soda cáustica, algo que se utiliza normalmente para destrancar cañerías. Ante esto, la empleada de la guardería podría ser condenada a 30 años de prisión penal por homicidio doloso de un menor de 15 años.