Las fuerzas militares rusas siguen en las afueras de Kiev intentando tomar la capital de Ucrania y de esa forma terminar de derribar el gobierno del presidente Zelenski. Pero lejos de poder lograrlos, los pocos militares y el esfuerzo de miles de civiles que se unieron a la guerra están sosteniendo la caída de la gran ciudad.
Pese a su aguante, cientos de miles de personas ya lograron salir del país hacia un lugar seguro y se espera que al menos cinco millones de ucranianos terminen abandonando su país a raíz de este conflicto armado. Mientras tanto, las tropas al mando de Putin siguen avanzando terreno hacia el centro del país y tomando objetivos grandes e importantes.
Ese es el caso del avión más grande que se había construido en el mundo hasta este momento, el Antonov AN-225. Según el reporte de los medios locales, militares rusos bombardearon el enorme carguero ucraniano que estaba estacionado en el aeropuerto de Gostómel, en las afueras de Kiev. Según expertos, tardarán cinco años en reconstruirlo.
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“Rusia puede haber destruido nuestro Mriya (sueño en ucraniano), pero nunca podrá destruir nuestro sueño de un estado europeo fuerte, libre y democrático”, escribió el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba.
La empresa de armas estatal ucraniana Ukroboronprom, propietaria del Antonov, emitió el fin de semana un comunicado afirmando que el avión había sido destruido pero que será reconstruido a expensas de Rusia en más de cinco años, a un costo estimado de 3.000 millones de dólares.
E indicó que estos costos “serán cubiertos por la Federación Rusa, que ha causado daños intencionales a la aviación ucraniana y al sector de carga aérea”. El avión ucraniano que destruyeron los rusos es el más pesado del mundo (640 toneladas) y el mayor aerodino por longitud (84 metros). Se necesitaban de seis personas para operarlo.
Reuniones que no llegaron a nada
Durante las primeras horas de este lunes se reunieron los presidentes de Rusia y Ucrania, junto a sus ministros de seguridad y defensa. Allí se discutieron distintos temas en cuanto a cómo resolver de otra manera este conflicto de intereses que comenzó Putin el pasado 24 de febrero con la invasión.
Después de algunas horas, ambos mandatarios no llegaron a ponerse de acuerdo y es por esa razón que los bombardeos y ataque a Kiev continúan y lo harán durante toda la madrugada de este martes. Mientras tanto y ante las sanciones severas que impusieron Estados Unidos y el resto de países de la Unión Europea, desde el Kremlin planean cortar el suministro de gas hacia la Europa continental, como un contrataque a su medida económica.
Rusia es el principal exportador de energía de todo el continente europeo, y en algunos países (Alemania) significa ser el proveedor del 40% del gas y petróleo. Otros estados como Francia, Italia, Turquía y Austria también tienen una fuerte dependencia con el gigante ruso.
Cambio de postura
Algunos países que históricamente se mantuvieron neutrales durante los conflictos bélicos del pasado, han cambiado de opinión y en esta oportunidad también han condenado el ataque de Putin y sus fuerzas a tierras ucranianas. Son los casos de Noruega y Finlandia, quienes además se comprometieron a mandar armamento, alimento e incluso fuerzas armadas hasta Ucrania.
“Finlandia suministrará asistencia militar a Ucrania. Es una decisión histórica para nuestro país”, sostuvo en conferencia de prensa la primera ministra de ese país. Se tratará de 2.500 fusiles de asalto, 150.000 municiones, 1.500 lanza-granadas y 70.000 raciones de campaña, precisó su ministro de Defensa, Antti Kaikkonen.
Por su parte, el Gobierno noruego anunció su primer envío de armamento a Ucrania, rompiendo así una tradición de no exportar armas a países en guerra o peligro de guerra vigente desde 1959. Enviarán a Kiev 2.000 lanzagranadas anticarro M72 “para defender la tierra contra la agresión militar de Rusia".