Edward John Herbert, un padre australiano de tres niñas, roció con gasolina a dos de sus hijas y prendió fuego a la más pequeña, de tres años, por considerarla muy linda. Al mismo tiempo trató de quemar a la mayor, que tiene autismo.
El hecho ocurrió en 2015, pero recién ahora se conocen los terroríficos detalles.

Según su testimonio del propio hombre, decidió prender fuego a la menor de las hermanas porque era “demasiado bella”. La pequeña resultó con serios daños y el 13 por ciento de su cuerpo quemado.
En el Tribunal Supremo de Australia Occidental, comenzó el juicio del terrible hecho ocurrido en agosto de 2015.
Durante el proceso se supo que el hombre había consumido drogas y alcohol momentos antes de atacar a sus hijas. Gracias a una mujer policía que escuchó los gritos de la nena, lograron rescatarla y salvarla.
