Una vez más, un motín en una cárcel de Brasil dejó un saldo catastrófico. Esta vez, el choque entre presos ocurrió en el penal de Altamira, ubicado en el norte del país, y al menos 52 personas murieron.
Las autoridades confirmaron que 16 de las víctimas fueron decapitadas. El resto murió por asfixia, ya que las instalaciones fueron incendiadas y muchos no pudieron escapar del fuego y el humo.
Distintos reportes indicaron que hace días se vivía un clima de tensión y todo explotó el lunes a las 7 de la madrugada. Dos bandas criminales, denominadas Comando Clase A (CCA) y el Comando Vermelho (CV, Comando Rojo) chocaron en la disputa por controlar el tráfico de armas y drogas.
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Al parecer, internos de la CCA invadieron el pabellón donde está alojada la banda CV. Con facones decapitaron a varias personas, encendieron fuego y encerraron a los restantes, que terminaron asfixiados. Además, trascendió que dos guardias fueron tomados de rehenes pero fueron liberados con vida.
Los motines con alta cantidad de muertos se repiten en Brasil. En 2017, hubo más de 60 muertos en Manaos y los ataques se repitieron en distintos estados.