Addisyon Lumpkin, oriunda de la ciudad estadounidense de Jonesboro, en Arkansas, tiene tan solo 11 años y mide 1,82 metros debido a una extraña enfermedad que no tiene cura.
Según contó su madre Emily Lumpkin a la señal estadounidense K8News, cuando su hija nació midió 58 centímetros y pesó 4,5 kilos. Recién a los 3 años le diagnosticaron el síndrome de Weaver-Smith que le provoca un crecimiento desmedido de los huesos y que tenga una altura que sobrepasa el promedio de los menores de edad.
Recién a los 7 años, Addisyon se dio cuenta de lo que le estaba sucediendo y le planteaba a su mamá por qué no podía correr como sus compañeros y por qué siempre fue la más alta de su clase.
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La niña no solo sufre consecuencias en otros órdenes de la vida, como encontrar ropa y calzado de su talla, sino que además es víctima de bullying en el colegio.
“Cuando sabes que no eres exactamente igual a los demás, ya es bastante difícil, pero cuando no tienes personas que te acepten tal como eres, eso es difícil”, expresó angustiada la mamá.
El síndrome no tiene cura y, de acuerdo a lo que trascendió, hay 50 personas en el mundo con ese diagnóstico. Hasta el momento, el único tratamiento que existe se centra en estar alerta a los síntomas para tratar de garantizar la calidad de vida.