Samarn Kunan, de 38 años, era un destacado socorrista perteneciente a la marina tailandesa. Desde este viernes, y mientras trabajaba para rescatar a los 12 chicos y el entrenador atrapados en la cueva inundada de Tham Luang, se convirtió en un héroe por un gesto que le costó la vida.
El buzo llegó hasta la localización de los niños como parte de las tareas de rescate y les dejó reservas de oxígeno. En el regreso, su propio oxígeno se agotó y murió, pese a los esfuerzos de un compañero que intentó arrastrarlo.
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"Perdió el conocimiento en el camino de vuelta, su compañero de buceo intentó ayudarle y llevarlo. Aunque hayamos perdido a un hombre, seguimos teniendo fe en nuestra misión", informó entre lágrimas el jefe de los comandos de la Marina, Apakorn Yookongkaew.
Misión complicada
Los rescatistas siguen pensando la manera en sacar a los 12 niños futbolistas y su entrenador de la cueva del norte tailandés. El dato que le costó la vida al buzo muestra el desafío que enfrentan: para hacer el viaje ida y vuelta, se requieren 11 horas de buceo y caminatas por estrechos pasajes. La ida requiere seis horas y la vuelta cinco, por la corriente de agua.
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El drama ya cuenta 13 días. Se trabaja a contrarreloj, ya que la lluvia retornará en las próximas horas y podría complicar aún más las tareas. Por el momento, la principal estrategia es sacar la mayor cantidad de agua con bombas y evitar el último recurso: que los niños tengan que bucear hasta la salida.