Cuando los uniformados entraron a la casa, en una pequeña habitación, a oscuras y con fuerte olor pestilente, hallaron el macabro cuadro. Había seis menores y cinco mayores atados con cadenas a las camas. Su estado de salud era delicado, lucían demacrados, sucios y famélicos.
La casa del terror se encuentra en un barrio de clase media alta de Perris, al suroeste de Los Ángeles. Se trata de una vivienda bien ubicada y acorde a la familia numerosa del matrimonio integrado por David Turpin y su esposa Louise de 57 y 49 años respectivamente que siempre se mostraban normales y felices.
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El padre es director en una escuela privada en Perris. Junto a su mujer, en las redes compartían un perfil familiar casi perfecto. Todos sus hijos aparecían sonrientes y bien vestidos, sin embargo su realidad era algo absolutamente distinto.
De los 13 hermanos, seis son menores de edad y los otros siete mayores. Tienen entre 2 y 28 años. En una de las imágenes, la bebé lleva una camiseta en la que se lee "Mamá me ama".