A simple vista, no hay nada nuevo bajo el sol. Las fuerzas navales norteamericanas llevan meses desplegadas en el Caribe, haciendo tiro al blanco frente a las costas de Venezuela con embarcaciones a las que califica de narcotraficantes, y el jefe de la Casa Blanca ha dicho ya varias veces que el Cartel de los Soles es una organización narcoterrorista cuyos jefes máximos so Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Sin embargo, algo cambió desde este lunes 24 de noviembre. Algo que parece un trámite y no agrega nada sustancialmente nuevo a la situación existente, sin embargo se trata de un paso más, pero clave, en dirección a la primera guerra directa de Estados Unidos en territorio sudamericano.
Desde este lunes 24/11, la Secretaría de Estado norteamericano establece que el Cartel de los Soles es una organización terrorista extranjera (OTE), que abarca las Fuerzas Armadas de Venezuela y tiene como jefes a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, el número uno y el número dos de la dictadura imperante en ese país sudamericano.
Por cierto, hundir en aguas venezolanas embarcaciones sospechadas, matando a sus tripulantes, son actos de guerra. Pero las consideraciones sobre el Cartel de los Soles y sobre sus presuntos jefes ya no son sólo palabras de Donald Trump, sino acusación oficial del gobierno norteamericano. De tal modo, lo ocurrido el 24 de noviembre es un paso institucional en dirección a la guerra abierta de Estados Unidos contra el régimen residual chavista.
Todo es parte del tic tac que le hace escuchar Trump al régimen para advertirle que cada vez tiene menos tiempo de salir con vida del poder y de Venezuela, y que si no sale caminando con sus propias piernas, los sacarán las tropas norteamericanas con los pies hacia adelante.
El documento de la Secretaría de Estado, tal como está escrito, habilita a que los próximos ataques norteamericanos ya no sean contra embarcaciones en el Caribe, sino sobre las posiciones del Cartel de los Soles en tierra firme venezolana. Y esos puntos pueden ser las bases aéreas y navales, y los cuarteles del ejército, que las Fuerzas Armadas serían el corpus de esa “organización terrorista”.
También son blancos legítimos el Palacio de Miraflores, sede de la presidencia, por ende, la guarida del jefe delcartel Nicolás Maduro, y el Ministerio de Justicia y Seguridad, guarida de Diosdado Cabello, el número dos del régimen y, por ende, del Cartel de los Soles según el departamento norteamericano de Estado.
Entre tanto, una telaraña de contactos entre emisarios de una y otra vereda busca la forma de evitar que la situación desemboque en lo que sería la primera guerra directa de estados Unidos en Sudamérica, un espacio geográfico en el que propicio golpes de Estado y acciones de espionaje y sabotaje a granel, pero nunca realizó un desembarco militar iniciando una guerra.
Aunque desmentida luego por voceros oficiales en Caracas, Maduro ya habría ofrecido a Trump una salida negociada: abandonar el poder dentro de dos años. Pero el magnate neoyorquino habría rechazado esa propuesta. La exigencia es que abandone el poder ahora, a cambio de permitírsele dejar el país, llevándose incluso todo el dinero que logra sacar de las rebosantes arcas clandestinas del régimen. El tiempo corre para que los cabecillas de la dictadura acepten eso o enfrenten una guerra de impredecibles consecuencias. Tic tac, tic tac…



