Gonzalo creó la firma Cabono y diseñó un sistema para convertir la caca de los perros y gatos en abono para la tierra. Resulta que hace rato que viene trabajando sobre problemas medio ambientales, pero no desde la protesta o el reclamo sino desde las ideas.
Llegó a mi casa con otros dos muchachos, cavaron un pozo de dos metros de hondo y unos veinte centímetros de diámetro y colocaron encima una tapa que es una especie de buzón. Cada vez que se junta la caca del perro o de los perros o gatos, se tira por ahí. Una vez por semana se arroja al pozo una cucharada de una bacteria que comienza a tener actividad cuando se la humedece y por eso se tira también un balde de agua. La bacteria degrada la caca y termina convirtiéndose en abono para la tierra.
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Al cabo de unos años (este tiempo depende de la cantidad de perros y de caca) el pozo se convierte en tierra negra de primera calidad y hay que cavar otro para seguir con el sistema.
Varios problemas se resuelven, sobre todo el de la caca de los perros que en vez de ir a parar a una bolsita de nylon y arrojarse a un basural a cielo abierto para que junte olor, moscas y hongos, se convierte, por ejemplo, en abono para la siembra. En fases más avanzadas, el sistema también puede servir para las aguas servidas de una casa y hasta convertirse en gas metano de utilización domiciliaria.
Por su puesto que Gonzalo estudió y trabajó durante años y muy intensamente de manera absolutamente autónoma y sin asistencia de los organismos del Estado. Y como él, hay cientos de argentinos trabajadores e ingeniosos que piensan, desarrollan y ejecutan este tipo de cosas que además de dar trabajo, solucionan problemas concretos como en el caso de la caca de perros y a la vez colaboran para mejorar el ambiente en el que vivimos.
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A veces, los gobiernos les dan bola. Poca. A veces algún ministerio hace anuncios referentes a la energía eólica o solar. Pocos. De vez en cuando alguna autoridad se junta con empresas que trabajan en biogás o aprovechamiento integral de los sembradíos. Muy de vez en cuando.
Son las tareas importantes, de fondo, que casi siempre se postergan porque los funcionarios están ocupados en tapar agujeros del presente. Agujeros que, por otra parte, se forman porque nunca, jamás, se ocupan de lo importante.
Esta columna fue publicada en el programa Córdoba al Cuadrado de Radio Suquía – FM 96.5 – Córdoba – Argentina.