Se veía venir. En lo que va del 2020, el Central perdió 2.327 millones de dólares de sus reservas, en un momento donde debería acumular: no se paga la deuda desde abril, las exportaciones superan con creces a las importaciones y no hay vuelos ni viajes, por ende, no hay turistas gastando dólares por el mundo.
Pero a contramano de ese contexto, se desangra. No fueron sorpresivas las medidas anunciadas anoche: se anunciaba que algo iban a hacer. Faltaba saber qué y cuándo.
+ MIRÁ MÁS: Córdoba desalineada del golpe a la coparticipación
Ahora está claro que son 200 dólares por mes y por persona sumando el ahorro y los gastos con tarjeta que, además, tendrán un impuesto del 35%, que se podrá deducir de Ganancias o Bienes Personales para quienes tributen ese impuesto. Los que no lo pagan, dentro de un año podrán pedirle a la AFIP el reintegro. Por lo pronto, el dólar oficial con este súper cepo queda en 130,80.
Hay tres aspectos que causan sorpresa de las medidas anunciadas por Miguel Pesce, titular del Central. Primero, la descoordinación con el Ministerio de Economía. Martín Guzmán fue explícitamente contrario a endurecer el acceso al dólar. Perdió la pulseada y corre riesgo de que de los objetivos esperados del canje deuda, largo pero exitoso, no se cumpla ninguno. Sube el dólar, bajan las acciones argentinas, aumenta el riesgo país.
Lo segundo, está en no entender nada de lo que está pasando con el dólar blue. Pesce dijo que ahí convergen los delincuentes y narcotraficantes, ignorando que los cuatro millones de argentinos que buscan por mes sus 200 dólares lo hacen por desconfianza extrema frente al peso. Ahorran lo que pueden o compran y lo venden en el blue, haciéndose unos cinco o seis mil pesos que dan algo respiro a las asfixiadas economías de los hogares. Con las restricciones anunciadas, el blue será un mercado todavía más grande y más caro que el que estaba hasta ayer.
+ MIRÁ MÁS: Restricciones al dólar: qué pasa con los servicios de Netflix y Spotify
El tercer aspecto está en que la Argentina sigue obstinada en pegarse un tiro en el pie. ¿Cómo ingresarán dólares genuinos? ¿Cómo harán las empresas que están empujadas casi a declararse en default para dar explicaciones a sus acreedores? ¿Cuánto faltará para que se apodere el temor entre los ahorristas? ¿Cómo se va a reactivar la economía? ¿Cómo saldremos de la pospandemia cuando el problema es la falta de confianza y eso se acentúa cada vez más?