El caso de Brianna desnuda parte de este maltrato. El primer golpe vino cuando Brianna fue al Hospital de Niños. En agosto del 2013 se quemó con agua caliente uno de sus bracitos. Los médicos decidieron hacerle un injerto de piel, para eso debía pasar por cirugía.
Cuando fue al quirófano, la anestesista que estaba a cargo, en vez de ponerle una dosis para una nena de un año y medio, le terminó aplicando una para una nena de 6 años. Las consecuencias la marcaron para siempre.
Ella quedó con parálisis cerebral, a pesar de haber nacido perfectamente sana. Durante tres años estuvo en estado vegetativo. A pesar de todo pronóstico, despertó y lentamente comenzó su recuperación. Era enero de este año.

El segundo golpe fue cuando, en plena recuperación, le robaron su silla de ruedas traída espacialmente de Alemania. Los padres hicieron la denuncia y el ladrón terminó siendo su vecino. Apenas vivía a una cuadra y fue detenido. Pero allí comenzó otro calvario por parte de la familia.
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El tercer golpe vino cuando comenzaron a ser acosados por la familia del ladrón. Los agredían verbal y hasta físicamente. Les arrojaban piedras, una de ellas le terminó golpeando al hermanito de Brianna, de 2 años. Les disparaban por las noches y hasta le voltearon un paredón que, en vano, trataron de construir para evitar las agresiones.
A pesar que la policía tenía la orden de cuidar a esta familia, sólo lo hacían cuando había algún efectivo disponible, es decir, no siempre. Finalmente Brianna y su familia terminaron saliendo del barrio, el padre dijo “ganaron los ladrones”.

El cuarto golpe salió a la luz luego de que la familia tomara esta drástica decisión. El barrio, que se llama “Héroes de Malvinas”, está ocupado en parte (un tercio) por ex combatientes, otro tercio por familias que tienen hijos con discapacidad y el tercio final por familias que fueron echadas de otros lugares por robos y violaciones.
Habría que preguntarle al Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia qué criterio tienen a la hora de poner estas familias violentas, dejando expuestas a los demás vecinos de ese lugar.
Buscamos la palabra de la Policía. La respuesta indignante fue: “no va a hablar nadie, esta judicializado”. Ante la insistencia sobre que falló la custodia porque seguían siendo agredidos, no un día, sino durante dos meses, afirmaron “que hagan otra denuncia”.
¿Quién le dará respuesta a su familia? ¿Quién le dará respuesta a Brianna? ¿Hasta cuando las víctimas son revictimizados una y otra vez por parte de un estado que no logra dar respuesta? ¿Hasta cuando la desidia y la inoperancia sigue siendo el perfecto caldo de cultivo para los delincuentes? Hasta cuando…. es difícil responder.
