Cariño, solidaridad y empatía. Esos valores se transformaron en algo mucho más grande que tapar mi "pelada": fue sin dudas un acto de amor que como tal se contagia, se vibra, se siente y se recibe.
Cuando a Julieta Daniele (productora de Seguimos en El Doce) se le ocurrió la idea de la campaña, me la comentó y la propuso a los directivos del canal, nunca imaginamos la repercusión que iba a tener.
+ Así recibí mi peluca:
La noche anterior estábamos pensando que si juntábamos 20 personas estaríamos satisfechas. La predisposición de la gente nos sorprendió una vez mas y allí entendimos que no está todo perdido como sociedad. Solo se necesita más confianza en que los actos solidarios y altruistas lleguen a buenas manos.
Ese día, con centenares de personas haciendo fila para donar pelo, fue emocionante. Hubo familias enteras, hombres, mujeres, niños y niñas, desde una nena de 5 añitos hasta gente que pasadas las 21:30 continuaba llegando con la intención de colaborar. Todos movilizados por causas diferentes pero con la convicción de que estaban ayudando a la gente que padece cáncer.
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Una de las consecuencias de las quimioterapias es la caída del cabello (cejas y pestañas) con todo lo que eso significa. Usar una peluca oncológica ayuda a la estética pero sobre todo a la autoestima y autoconfianza. Es por eso que cuando te prestan una buscan la más parecida a tu cabello o personalidad.
Ésta peluca que recibí fue hecha a mano y a mi medida. Fue la primera que hicieron luego de la movida de El Doce. Cada vez que la luzca llevaré una parte de ustedes en mí y la certeza de que muchas mujeres sentirán lo mismo cuando reciban la suya. Un profundo agradecimiento a cada uno de los corazones solidarios que ahora llevo en la cabeza.