Gastón Cepeda trabaja en el hotel Holiday Inn. Trabajaba porque es parte de los miles que no están exceptuados y tiene que quedarse en casa.
Su tarea es los controles de stock en el depósito del hotel que, lógicamente, cerró sus puertas. Y capaz que algo de eso de andar controlando qué falta y qué se necesita tiene que ver en esta historia.
Vive en barrio Mariano Fragueiro y hace un par de años, armaron con su mujer una changuita extra muy común en los barrios: proveer productos de limpieza sueltos.
Muchos hacen ese laburo en épocas de crisis. Vender bidones de detergente, lavandina, jabón para la ropa y otros. Los distribuyen a sus clientes que los contactan por WhastApp. Esta semana decidió no repartir más y el que necesite, lo busca en su casa.
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El viernes, Gastón fue a una distribuidora de barrio General Paz para proveerse de mercadería para su emprendimiento.
Obviamente el producto estrella del momento es el alcohol en gel. Cuando encaró para volver a su casa se topó con el primer policía. Gastón lo paró al policía y le hizo la pregunta de rigor:
–Disculpá, ¿tenés alcohol en gel?
–Sí. Nos queda un poquito.
–¿Querés que te recargue? Yo recién acabo de comprar por mayor.
En esa parte, Gastón le explicó que no se lo estaba vendiendo, que se lo daba, que agradece el esfuerzo de la Policía, que entiende que nos les queda otra que cuidarnos, que él tuvo un sobrino en la fuerza.
El agente le agradeció y le entregó su aplicador para que Gastón, amablemente y con algo de emoción, lo llenara de alcohol en gel.
Cambio de ruta
Fue el primero de más de 70 policías que se le cruzaron en el camino de barrio General Paz a Mariano Fragueiro. Un largo camino que se fue desviando por los barrios.
En vez de seguir la línea recta de la Juan B Justo, Gastón se fue metiendo un poco más acá y un poco más allá en busca de móviles y policías que controlan las calles. “Me crucé como 10 móviles, yo los paraba a ellos y no entendían nada pero, después, me agradecían.
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“Mi esposa me llamaba para que volviera rápido y me metiera en casa”. Gastón tiene 3 hijos, pero ayer, en una mezcla de padre, administrador de necesidades de un hotel cuatro estrellas y ciudadano agradecido se puso a cuidar un rato a los policías.
“Les di la dirección de mi casa y que si necesitaban más que pasen; yo, con todo esto, prefiero no salir y hacer lo que hay que hacer: cuidarse”.
Por ahí entre los policías que andan por la calle cuidándonos, circula el video del ofrecimiento del ángel del alcohol en gel.