"A mí no me molesta pagar por ingresos, porque si tenés ingresos claramente estás trabajando y te va bien. No pasa nada si pago el ingreso del 30%, 35%, en Inglaterra es del 50%. Vos estás generando plata, está bien, pagás. Lo que no me convence es que vos pagues un porcentaje anual del patrimonio que tengas. Me parece una locura, si vos ya pagaste impuestos por el ingreso, ¿por qué tenés que seguir pagando más plata?".
La frase la disparó el Kun Agüero en una de sus habituales charlas con seguidores a través de la plataforma Twitch y abrió un inesperado debate sobre la presión impositiva entre oficialistas, opositores y seguidores.
Las réplicas siguieron viralizándose en redes sociales, en un debate candente y que pocas veces se discute en Argentina.
Los Estados gravan tres cosas: el patrimonio (en Argentina ese gravamen se llama Bienes Personales o el excepcional impuesto a las grandes fortunas del 2021); los ingresos (por eso se tributa Ganancias) y las transacciones, por eso pagamos impuesto al Valor Agregado, Ingresos Brutos, sellos, cheque.
+ MIRÁ MÁS: Agüero contestó preguntas: por qué ya no toma mate, sus “peleas” con Messi y la polémica por los impuestos
Sin tanta academia, el “Kun” reniega de lo que se conoce como doble imposición: pagar cuando se generan ingresos y luego, pagar por el patrimonio resultante de esos ingresos. O, como pasó en el 2021, pagar dos veces un impuesto que grava el patrimonio, como le sucedió a quienes tributan Bienes Personales y también fueron alcanzados por el impuesto a las grandes fortunas.
“Pregunto: si toda tu vida generaste 100 ya pagando impuestos, ¿por qué seguís pagando? Si no tenés ingresos en el año seguís pagando igual. Fui pobre y nadie me regaló nada”, siguió el futbolista.
El punto que señala es que podría suceder que una persona cayera en bancarrota, porque perdiera el trabajo o dejara de jugar al fútbol y literalmente perdiera sus contratos, como le está sucediendo a él, que acaba de rescindir con el Barcelona por su afección cardíaca que lo sacó de las canchas.
Es posible que, en un corto o mediano plazo, no tenga ingresos o no sean suficientes para pagar los impuestos de su patrimonio personal. Es poco creíble que deje de generar ingresos a los 33 años una figura como el Kun, pero podría pasar. O le puede suceder a muchos, en otra escala.
Pero en el fondo, lo que pone en debate Agüero sin decirlo es la voracidad fiscal del Estado argentino, gobierne quien gobierne. Nunca la dirigencia política ha tenido como norte disminuir la presión fiscal en serio, o cuando lo intentó, por H o por B tuvo que claudicar.
Presión fiscal
Argentina cobra 167 impuestos y siempre hay creatividad para inventar alguno más. El que ronda ahora es un tributo a la vivienda vacía, sin alquilar.
En 1998, la presión fiscal (es decir, la participación del gasto público en el Producto Bruto Interno) equivalía al 21,7%.
Se incrementó a 27,1% entre 2004-08 y al 33% de la actualidad.
Sin embargo, semejante gasto público no ha servido para menguar los niveles de pobreza, que están en el 45%; blanquear al 40% de los argentinos que trabaja en la informalidad o generar un clima de negocios saludable para que el sector privado cree empleos y empuje el crecimiento.
Es más, muchos servicios básicos que el Estado debería proveer con semejante nivel de gasto público, como la seguridad, la educación o la salud, son pagados por los ciudadanos en una especie de “doble imposición” encubierta.
Los impuestos, en teoría, son para eso.