Juan Carlos Rubiolo fue noticia estos días por dos cosas: cumplió 50 años trabajando en una misma fábrica y, como forma de reconocimiento, los dueños de esta Pyme, la fábrica de pastas La Italiana, decidieron regalarle un auto 0km. El primero en toda su vida.
El caso es curioso por donde se lo mire: ya no existen casos de medio siglo trabajando en el mismo lugar. Nadie se imagina hoy trabajando en el mismo lugar toda la vida, menos los sub30. Se estima que los argentinos, en promedio, estarán en 3,3 trabajos en toda su vida. Lejos de Estados Unidos, con 12, por ejemplo.
Lo segundo a resaltar es el gesto del empleador. Los hay, es cierto, pero no son mayoritarios. A la sala en la que se fabrican las tapas de empanadas y tartas la bautizaron con el nombre de Rubiolo, como gesto a quien empezó a trabajar allí con apenas 14 años (entonces las normas laborales eran otras) y fue pilar importante en el crecimiento de la empresa.
“Jamás imaginamos que íbamos a tener esta repercusión”, confiesa Valentina Gualtieri, tercera generación de La Italiana. Su abuelo fue quien le dio empleo a Juan Carlos. Dice que dieron vueltas pensando en qué le podían regalar y se les ocurrió un cero kilómetro. Así, un Fiat Cronos gris plata fue el obsequio para iniciar su vida de jubilado.
El tercer dato está en lo difícil que es para un laburante comprarse un cero kilómetro. Con su sueldo de operario, en blanco, Juan Carlos nunca llegó al cero: tenía auto, sí, pero un Renault 19 de los ’90.
El problema en la Argentina es que los autos tienen precios siderales, inalcanzables para un trabajador promedio. El salario en blanco de un trabajador privado hoy está en 89.931 pesos. En dólares oficiales, son 750 y 424 en dólares blue.
Para comprar el Cronos necesita, en teoría, juntar 2,5 millones de pesos. Son casi 21 mil dólares oficiales, 30% arriba de lo que cuesta el auto promedio en Estados Unidos.
Pensado en pesos, el Cronos cuesta 27 sueldos promedio, suponiendo que alguien puede ahorrar íntegro el sueldo durante más de dos años. Pero como la inflación te va corriendo el arco, no hay forma de preservar los pesos hasta juntarlos todos y llegar al auto. Hay formas de financiarlo, es cierto, pero con tasas altas y a riesgo de que el combo devaluación/inflación vuelva impagable el plan.
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Hay tres datos que agravan la situación en Argentina. Primero, la carga impositiva: la mitad de lo que cuesta un auto se explica por impuestos. Lo segundo es que como no hay autos 0km, porque la mayoría de lo que se vende en el mercado local es importado, lo poco disponible tiene un sobreprecio de hasta el 40%. Lo tercero es que aún en dólares, sean oficiales o blue, los autos suben de precio.
Por ejemplo, en abril del 2020, el auto más barato del mercado (Toyota Etios base) costaba 813.200 pesos, que equivalían a 7.600 dólares blue. Hoy ese mismo auto está en 2,27 millones de pesos, pero en dólares cotiza a 10.700 dólares: 41% más que hace dos años. Todo este combo vuelven inaccesible el cero para la mayoría de los argentinos. De hecho, en el 2021 se patentaron apenas 381.777 vehículos cero cuando hay 26 millones de personas con ingresos, sea del trabajo o de una jubilación, que bien podrían aspirar a comprarse un auto a estrenar.