Los más de 150 millones de pesos recaudados por el influencer Santiago Maratea en un puñado de horas abren todas las preguntas posibles. A priori, el espíritu solidario de los argentinos que ante un drama de proporciones mayúsculas no dudan en girar pesos para colaborar con los incendios que ya han quemado el 10 por ciento de la superficie de Corrientes.
“Maratea en un fin de semana hizo lo que Cabandié no sabe hacer” fue, palabras más, palabras menos, lo más repetido en las redes sociales.
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Con su campaña, Maratea dejó todavía más expuesto al ministro de Ambiente, Juan Cabandié, que no estuvo a la altura de la situación por la sencilla razón, no confesa obviamente, de que Corrientes está gobernada por un radical, Gustavo Valdés.
Obviamente que, en la desesperación de la emergencia, toda ayuda es válida: Maratea improvisó el sábado la donación con la intención de juntar 15 millones de pesos para comprar una autobomba. "Hola taradas, buen día. Me hicieron despertar con una sonrisa. Ayer intentamos juntar 15 millones así todo improvisado, medio borrachos, medio drogados", dijo el domingo. A los dos días, la campaña superaba los 150 millones de pesos. Anunció que comprará cuatro camionetas con autobombas y enumeró todo lo que hace falta: mochilas forestales, linternas, rastrillos, trajes para el fuego, alimento para animales.
En números
Pero pongamos la campaña en su justa dimensión: en el 2021, la cartera que maneja el muchacho Cabandié contó con 11.300 millones de presupuesto, por lo que las donaciones de Maratea representan apenas el 1,5 por ciento de lo que tiene para gastar en todo el año.
De esos 11.300 millones, 2.640 millones se obtienen gracias a una tasa del 0,3 por ciento que pagan todos los que contratan pólizas de seguro (excepto de vida) y que tienen como destino específico financiar el Fondo Nacional del Manejo del Fuego.
Los impuestos se pagan para financiar las actividades generales del Estado, entre las que se cuenta claro está la política ambiental, mientras que las tasas específicas tienen objetivos particulares, con la expresa intención de fortalecer esas áreas.
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Pero Cabandié no hizo ni una cosa ni la otra, porque Maratea llegará con sus autobombas para este incendio o para el próximo, habrá forraje para animales y alimentos para los bomberos, pero un programa para prevenir el fuego en los esteros, contenerlo después, diagramar perforaciones para abastecer las autobombas y educar a los productores sobre el correcto manejo de los suelos forman parte de la política que no hizo Cabandié, pese a que tuvo y tiene plata.
Hoy, habrá ciudadanos que con sus impuestos financiaron el presupuesto de Ambiente, con su seguro del auto el Fondo del Fuego y con la transferencia a Maratea asumieron una ayuda económica directa a esa provincia. Tres veces, pero sólo en el tercer caso el contribuyente ve que su plata llega, que sirve para algo.
La campaña de Maratea está buena, aunque irrita por cómo deja expuesta la desidia y la ineficiencia del Estado. Está bueno eso: hablemos de qué hace el Estado con nuestra plata.