Después de 101 años, la Legislatura de Córdoba ha dejado de funcionar en el edificio de Rivera Indarte y Deán Funes para iniciar la mudanza hacia la sede ubicada en el predio del Centro Cívico, sobre la vera del Suquía, al lado del puente 24 de septiembre.
Un traslado cargado de simbolismos, que sirve para reflexionar sobre el rol y significado de la separación de poderes en la provincia de Córdoba, si es que existe tal división.
La Legislatura funcionará casi pegada al Ejecutivo provincial, lo cual es una manera de hacer física una dependencia que hace años se viene dando.
La Legislatura funcionará casi pegada al Ejecutivo provincial, lo cual es una manera de hacer física una dependencia que hace años se viene dando.
En las estadísticas de los últimos periodos parlamentarios, el 90 por ciento de proyectos aprobados vienen del Ejecutivo o son de la bancada oficialista. En la mayoría de los casos, sin cambiarles una coma.
Dos tercios y más
Desde que es Unicameral, en 2001, el Parlamento provincial ha sido un mero acompañante del Ejecutivo, sin casi funciones de control o contrapeso institucional.
Es que la combinación de una banca por cada departamento para el ganador en los 26 distritos y los otros 44 integrantes por reparto proporcional, le viene arrojando mayoría al oficialismo, que siempre se las ingenia para sumar alguna otra voluntad opositora y tener números más que cómodos.
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Pero el panorama se agravará aún más en la composición legislativa desde el 10 de diciembre. El oficialismo tendrá 51 de los 70 legisladores, cinco más de los dos tercios.
Con dos tercios se puede aprobar lo que le plazca a la mayoría, como por caso la necesidad de la reforma constitucional.
Esa amplísima superioridad numérica se puede incrementar ya que hay opositores en tránsito hacia el oficialismo.
Por ejemplo, el PRO ya anunció que tendrá una bancada propia, fuera de sus socios de Juntos por el Cambio. Y esos representantes macristas es casi un hecho que actuarán en sintonía con los de Hacemos por Córdoba.
Migajas sin autoridad
El resto de las migajas opositoras tendrá al radicalismo dividido en dos. Sin referencia nacional firme, esos legisladores tendrán poca autoridad para decir u objetar cualquier cosa después de las gestiones locales que tuvieron a cargo, como la de la ciudad de Córdoba.
Por ende, quedaría como única posibilidad que Córdoba tenga un Poder Legislativo que funcione como tal la hipótesis de divisiones internas en el peronismo provincial a la luz de más de 20 años de ejercicios continuos en el poder.
Pero eso, por ahora, sólo está en el terreno de las probabilidades. Mientras tanto, lo de la Legislatura, más que una mudanza se parece a un cierre.