Los cordobeses se cansaron de las mayorías absolutas. El 57% que avaló a Juan Schiaretti en 2017 ahora pareciera que quiere otra cosa. O les pareció demasiado ese cheque en blanco de entonces, o entienden que es mejor un equilibrio que busque el consenso o juzgaron que Martín Llaryora no es lo mismo que Schiaretti y no se animaron a un gigantesco voto de confianza. Llaryora ganó por apenas tres puntos y se quedó con minoría en la Legislatura.
¿Fue suficiente la gestión? Pareciera que sí, al menos en Córdoba capital. La vara estaba muy baja y Llaryora avanzó en algunas cuestiones elementales vinculadas al bacheo e iluminación. Intervino mucho en el espacio urbano (ese que todos aprecian) con murales, plazas y súper manzanas. A la Provincia le quedó la cuenta más pesada: el tercer carril de la Circunvalación, los cuatro nudos de acceso que faltaban, la planta potabilizadora de Bajo Grande (a medias con Nación), cloacas, un parque y 55 polideportivos sociales.
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Pero no alcanzó para el interior. Una lectura es que ahí se plebiscitó otra cosa porque, al fin y al cabo, las grandes obras del interior como los gasoductos ya fueron avaladas en el 2019 y que ahora se votó a Juntos por el Cambio pensando en el recambio presidencial de octubre. Sí es cierto que el oficialismo llegó confiado en que su bastión del interior era incondicional y no lo fue.
Más anti K que nunca. Hasta ahora, los cordobeses votaban sabiendo diferenciar casi quirúrgicamente qué se dirimía en cada elección: fueron capaces de darle el 57% a Schiaretti en un turno y el 61% a Mauricio Macri cinco meses después. Ese metro cuadrado local no operó esta vez, al menos en la pampa productiva. Todo el sur de la provincia, con excepción de Roque Sáenz Peña, donde Llaryora ganó por un punto.
Factores netamente políticos. Esta vez, el gran mérito de la oposición fue llegar unida a la elección. Antes, el 39,76% de Luis Juez se dividía en dos y quizás por eso no le hacían sombra a Schiaretti. En 2015, por caso, Schiaretti ganó con el 40% y la oposición, dividida, sacó el 22% y el 17%. Al ir juntos, en al menos 10 departamentos los votos oficialistas no alcanzaron.
La pretensión de Horacio Rodríguez Larreta de sumar a Schiaretti terminó fortaleciendo a Juez y hasta el comportamiento del kirchnerismo en Jujuy puede haber servido para empoderar a Juntos por el Cambio, que advirtió lo que podría pasar si el Gobierno nacional pierde la elección. Hubo mucho voto que miró la cancha grande del plebiscito nacional que tendrá lugar en dos meses.