¿Te salva o te salva? ¿Te hunde o no te hunde?
Como estamos dispuestos a discutirlo todo era cantado que nos enfrasquemos en la discusión del impacto que puede tener el Mundial de Fútbol y la actuación de la Seleccióna argentina en Rusia en el escenario político nacional.
Es otro de los debates que está cantado. Por enésima vez, un Mundial encuentra a la Argentina sumida en turbulencias, sobresaltos y amenazas de crisis. Y somos un país futbolero, pasionalmente futbolero. Por lo cual, es legítimo e interesante preguntarse qué clase de efectos puede tener el desempeño de la Selección ante un escenario político que se manifiesta como inestable.
Un Mundial encuentra a la Argentina sumida en turbulencias, sobresaltos y amenazas de crisis.
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Datos concretos: Mauricio Macri venía con unos índices de aprobación social elevados (que se plasmaron en el triunfo en la elección de medio término de octubre) y desde diciembre del año pasado inició una curva descendente, que se profundizó con las turbulencias financieras del mes pasado. La caída de Macri no fue capitalizada por ningún dirigente ni sector opositor.
El Gobierno debe encarar una serie de medidas de ajuste para corregir el crónico problema del déficit fiscal, y casi siempre esas medidas suelen ser poco populares. En el medio comienza un evento de atracción mundial, con una expectativa nacional muy marcada.
Entonces, volvamos a las pregunta iniciales: si Messi levanta la Copa, ¿lo salva a Macri?, o por contrapartida, si nos eliminan en la primera rueda, ¿lo hunde?
Le trasladamos el interrogante a algunos encuestadores y la respuesta fue clara: ni una cosa ni la otra. Ni Argentina campeón ni Argentina eliminada de arranque va a hacer variar la opinión que cada ciudadano tenga ante el Gobierno.
O sea, el que apoya a Macri lo va a seguir haciendo cualquiera sean los resultados en Rusia y el que está en contra no se va a mover ni que le ganemos 5 a 0 la final a Brasil.
Ni Argentina campeón ni Argentina eliminada de arranque va a hacer variar la opinión que cada ciudadano tenga.
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Pero hay algo importante para el Gobierno. Le da oxígeno para recuperar agenda. Esto es, le saca del centro del debate una larga lista de cuestiones negativas que está ocupando un lugar preponderante en las discusiones públicas: inflación, pobreza, FMI, ajuste.
Ese oxígeno no necesariamente se traduce en términos de aprobación/desaprobación pero le permite a la gestión de Cambiemos un respiro para intentar cambiar aquellas cuestiones de impacto negativo por otras más favorables.
Es como un recreo. Lo mismo ya sabemos que después de los recreos, hay que volver a clase.