Que Córdoba paga tarifas de luz caras lo sabemos hace rato. Y que los usuarios metropolitanos, servidos por Edenor y Edesur, tienen boletas baratas, muy baratas, también.
El problema es que esa brecha, que a fines de 2019 se había reducido al 20 por ciento entre ambas jurisdicciones, hoy volvió a ser abismal: va del 100 al 260 por ciento de diferencia.
Por 858 kwh al mes, una locura en términos de consumo, un usuario de Palermo le pagó a Edesur el último mes $ 3.303,08. En Córdoba, un usuario de Poeta Lugones pagó el mismo monto ($ 3.390,30) pero con un consumo de 253 kwh, 70% más bajo. En Buenos Aires, por ese consumo, están cobrando $ 1.126,62, apenas un tercio de lo que cobran en Córdoba.
Los datos fueron reflejados en un informe que publicó La Voz el domingo y la Secretaría de Energía salió al cruce de esas diferencias y dijo, en un tuit, que la política tarifaria depende estrictamente de Epec, que Nación hace el esfuerzo y le vende la energía mayorista con el mismo precio en todo el país. Cristina Fernández retuiteó esa crítica.
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El gobernador Juan Schiaretti le retrucó: dijo que no le extrañaba esa actitud de Cristina porque fue la que más discriminó a Córdoba cuando era presidenta y que esos precios son porque Nación le direcciona al Amba subsidios que no reparte en el resto del país.
La polémica entonces se convirtió en eje de campaña.
¿Quién tiene razón?
En la boleta hay tres conceptos:
1) Es la energía pura, que es lo que cuesta generar cada kilovatio. Hoy cuesta siete pesos y el usuario paga dos pesos. La diferencia la cubre el Tesoro y es un agujero creciente que habrá que resolver. El precio, como dice Nación, es el mismo en todo el país.
2) Es el transporte y distribución, llamado VAD. Lo fija cada jurisdicción: en cada provincia hay distribuidoras públicas, privadas y cooperativas. Pero hay una excepción: el Amba, el único lugar del país donde Nación fija tarifas. Ahí operan Edenor y Edesur, con seis millones de clientes. Entonces, cuando Nación impide la suba de tarifas, les cubre la diferencia a las empresas. Además paga la tarifa social y hace las inversiones en el sistema, algo que no hace en ninguna otra parte del país. Por eso, Edenor y Edesur le agregan entre $1 a $1,8 a esos $2 que cuesta la energía. Córdoba la agrega entre 4 y 10. Es porque no recibe subsidios, como dice Schiaretti, aunque no quita que la empresa es cara e ineficiente, y eso se traslada a sus costos.
3) La tercera parte son los impuestos, que en Córdoba son más altos que en Buenos Aires: hay un cargo del 5% para obras, el Ersep se queda con el 0,5% y la tasa municipal acá es 55% más alta que en Buenos Aires: 6,6 frente a 9,9.
Nación no dice nada sobre los subsidios al Amba y Schiaretti tampoco reconoce que en 20 años Unión por Córdoba tampoco hizo nada en Epec: permitió que se convirtiera en un gigante caro y cogobernada por el gremio.
Aunque, obligado por las circunstancias emprendió un ajuste en los últimos tres años, nunca hubo una autocrítica pública por lo que hizo y dejó de hacer Epec en dos décadas.