No ejecuta el salvataje con el que algunos tomadores de estos préstamos se habían ilusionado. En el fondo le da la razón al gobierno de Mauricio Macri, que recién impulsó algunos cambios ante el resultado de las Paso.
Recién después de la derrota en las primarias por más de 16 puntos, cuando intentaba remontar la inesperada brecha con una batería de medidas electoralistas, Macri incluyó un alivio parcial y coyuntural para los deudores, que fue el congelamiento desde agosto de los hipotecados por montos más bajos.
Efímero alivio que, a partir de las medidas anunciadas ahora por el Banco Central, quedará en la nada.
Los créditos ajustables por UVA, que siguen a diario el ritmo de la inflación, posibilitó un modesto boom de operaciones en 2016 y, sobre todo, 2017. Pero el mecanismo no logró sobrevivir al salto del dólar de 2018, porque el precio de los inmuebles, por una histórica tradición cultural argentina, se ató al valor de la moneda estadounidense.
El mercado elige. Las compras de casas y departamentos se frenaron. La incertudimbre cambiaria volvió inviable el sistema. El capital disponible para los créditos era insuficiente para pagar propiedades que, al estar dolarizadas, habían multiplicado su precio en pesos.
Simultáneamente, marchando a cada vez mayor velocidad, subían las cuotas de los créditos ya otorgados y la deuda a cancelar de los poco más de 100 mil tomadores de estos préstamos. En la mayoría de los casos, sus ingresos fueron actualizándose a menor ritmo.
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En consecuencia, quienes accedieron a una vivienda gracias a este mecanismo debieron hacer un esfuerzo más grande que el proyectado para cumplir con las cuotas. Y deberán seguir haciéndolo. Pero no hay que olvidar que se trata de deudores que no podrían haber conseguido sus viviendas de no haberse implementado una política de este tipo. Y que así como vienen sufriendo por cómo se les fue incrementando el capital adeudado, a un ritmo aún mayor subió el valor del sus propiedades que, eventualmente, si por alguna razón se les tornara imposible continuar pagando las cuotas, podrían vender.
La larga tradición del Estado argentino de asumir costos de manera indiscriminada hizo creer a muchos que habría algún tipo de rescate para los deudores. Creencia reforzada por el discurso de campaña del frente que triunfó en las últimas elecciones y del propio presidente Fernández.
El actual mandatario llegó a calificar de "error" al sistema y afirmó que los deudores atravesaban un "drama". "El plan UVA vamos a tener que remediarlo", prometió.
Pero no habrá tal remediación. La pretendida solución anunciada por el Banco Central, más allá de la salida ligeramente gradual del congelamiento apurado por Macri tras las Paso, mantiene firme la política original de los créditos UVA. Idéntica a como fue concebida en el año 2016. El rescate fue sólo una fantasía de campaña, prorrogada por dos meses.