Cómo te puedo abrazar si estás partida en mil pedazos que andás cirujeando por las calles. Prendiste un cigarrillo con la brasa del que estabas terminando y hasta juntaste coraje para contarme una anécdota graciosa. Eras vos la de hace dos años que se miraba entera en el espejo. Y hoy no sabes por qué, si el espejo está sano, te ves rota.
Hablabas y te miré a los ojos. Tus ojos, por un buen rato, me eran esquivos hasta que te diste cuenta que los míos no devoran. Los voraces se fueron y andan por las calles en las que cirujeas tus partes. La familia se transformó en entorno cuando tampoco supieron abrazar el despojo. Y vos perdonás y eso lleva tiempo.
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Y un día viste a una piba hablar por la tele, y las palabras de ellas fueron la guía para ir juntándote. Y así fue cuando por primera vez pudiste llorar en tu propia casa. Y las paredes se hicieron hogar y el entorno, familia; lograste juntar las letras.
A veces somos letras que nos cuesta enhebrar en palabras; y palabras en frases. Y ahí lo dijiste: "Yo fui violada a los sesenta años". Y ahí estabas vos, entera y de pie diciéndome “déjense de hablar boludeces y crean”. Y nos abrazamos con el alma porque es más fácil abrazar una mujer en mil pedazos que mil pedazos despojados. Gracias y yo te creo.
#YoTeCreo