Capítulo 1
Anoche me pidió dormir con la camiseta de Messi. Me parecía mucho el uso intensivo de la 10, 24/7 sin casi descanso. Pero al menos pensé "está limpia, la lavé ayer".
El segundo pedido, más de todos los días, fue: "Ma, contame un cuento". Ahí hay dos opciones: leemos un libro entre las dos (el famoso "un párrafo yo, un párrafo vos") o la madre se deja llevar por su imaginación, las ocurrencias del momento y tratamos de ir armando en el aire una linda jugada literaria.
Vamos por la opción dos. La miré y empecé: "Había una vez un niño que era muy muy chiquito pero jugaba re bien al fútbol, se llamaba Lionel Messi y justamente porque era tan chiquito le decían La Pulga".
– Pero mamá, ¿eso es verdad?
– Todo lo que te voy a contar a partir de ahora es verdad.
Se quedó tranquila.
Se enteró que Messi tuvo que ir mucho al médico para ver si podía crecer. Que vivió en Barcelona ("¡¿Cómo mi hermana Lara?!").
Se enteró que Messi tiene 3 hijos. Que las cosas a veces no fueron tan fáciles. Y que un día... levantó la copa.
El final, claro, ya lo sabía. En 15 minutos narramos una gran historia de 35 años. Y se durmió con una sonrisa.
Capítulo 2
Me hice un té de hierbas y apoyé la cabeza en mi almohada. Apunté mentalmente unas ideas que me venían dando vueltas desde el domingo.
Primero pensé: la etapa Messi en la selección coincide con mi "etapa tele" (2006, año del big bang TV) y desde hace casi 8 años es también la "etapa madre".
Entonces sin dudas fue el jugador de Argentina que más vi, consumí, analicé, lloré, acompañé, hablé y ahora disfruté con ella. Maradona, en ese sentido, fue la etapa "infancia- adolescencia", que fue hermosa también.
Pero hay algo que me conmueve, y mucho, de esta historia con final feliz que le conté anoche a Emma. Tiene que ver con el "creer", "querer" y "practicar" . Tres verbos que este año, gracias a un biólogo y neurocientífico que estoy escuchando y leyendo, me ayudaron mucho y son fundamentales:
Creer en uno a pesar de las dificultades
Creer que se puede
Creer en el equipo. ¡Vaya si hubo equipo!
Querer hacerlo. Determinarlo. El deseo. La voluntad. Querer, abrazar ese objetivo en común.
Y por último: practicar, practicar, practicar por el objetivo.
Como siempre, fácil decirlo y escribirlo. Un gran desafío llevarlo adelante.
Capítulo 3
Para terminar, este texto trasnochado, viene la gran pregunta: ¿Cuánto tiempo nos puede llevar alcanzar el objetivo?
La respuesta es maravillosa. Porque no tiene una sola. Depende. 16 años tal vez.
Un 18 de diciembre de 2022 llegó. Llegaron, y por qué no decir, llegamos al objetivo.
Epílogo
Con el tiempo, y lejos de los análisis de la neurociencia, esta épica se convertirá en leyenda. O tal vez, en un cuento mágico, y al mismo tiempo real, para hacer dormir feliz a un niño o una niña.
¿Má, me contás un cuento?
Gracias Messi.
Gracias Scaloni.
Gracias equipo.
Gracias Argentina por esta hinchada maravillosa que somos.
PD: El biólogo, especialista en neurociencia es Estanislao Bachrach. Ojalá vea este mensaje también.