Después de un largo debate y, tras siete meses del anuncio, el Senado de la Nación convirtió en ley el Impuesto Extraordinario a las Grandes Fortunas. Se trata de un proyecto ideado por Máximo Kirchner, conocido como impuesto a la riqueza, que teiene como objetivo morigerar los efectos económicos de la pandemia de coronavirus.
El kirchnerismo impuso su mayoría en la Cámara alta con 42 votos a favor y 26 en contra. El principal bloque opositor, Juntos por el Cambio, volvió a rechazar la iniciativa -ya lo había hecho en Diputados- y denunció que significa "doble imposición", que es "confiscatorio" y que va a terminar en una "catarata de litigios".
Qué es la ley del impuesto a la riqueza
Establece el cobro de un 2% del patrimonio de aquellas personas físicas que declaren más de 200 millones de pesos. Según cálculos del Frente de Todos, la recaudación rondará los 307 millones de pesos y alcanzará a 12 mil argentinos.
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En caso de que bienes los bienes estén entre los 300 y 400 mil pesos, la tasa sube a 2,5%; al 2,50% entre 400 y 600 millones y al 2,75% cuando sea de 600 a 800 millones. El impuesto subirá al 3% cuando los patrimonios oscilen entre 800 millones y 1.500 millones; al 3,25% para el rango de 1.500 a 3.000 millones de pesos, y a partir de esa cifra será del 3,5%.
El debate en el Senado
El legislador cordobés y presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, Carlos Caserio, fue el encargado de presentar el proyecto. Durante su discurso, aseguró que se trataba de un aporte “único, por única vez, en una situación trágica que tiene el mundo, y evidentemente en una situación excepcional”.
“Solo el 1,2 % de los que pagan bienes personales son parte de este aporte que solicitamos. Lo pagará el 0,02% de los argentinos. Que la gente no se deje engañar, no perseguimos a nadie. El 99,98 % de los argentinos no tiene que hacer este aporte. Y 380 aportantes harán el 55% del aporte”, sentenció.