Los amigos de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en Villa Gesell a la salida de un boliche en enero de 2020, declararon en el segundo día del juicio que tiene como imputados a ocho rugbiers. Oscar Rossi, el padre de Julieta, la novia del fallecido, también dio su testimonio en los Tribunales de Dolores.
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El primero en hablar en la sala del juicio fue Rossi, quien reveló su experiencia aquella madrugada del 18 de enero de 2020. Contó que lo llamó su hija para decirle que viajara a Villa Gesell porque Fernando estaba en el hospital. Cuando Oscar partió hacia la ciudad costera, la madre de Fernando llamó a su esposa para informarle que el chico había muerto.
Cuando llegó a la localidad, encontró a su hija, que estaba totalmente conmocionada y quedó en observación por unas horas. "Juro que no le deseo a nadie lo que vi esa noche: ver a Fernando acostado esperando que lo ingresen a un cajón", afirmó entre lágrimas. Además, explicó que Julieta no está en condiciones de declarar porque continúa con tratamiento psicológico.
Los amigos
Lucas Filardi fue el primero de los amigos de Fernando en testificar. Detalló los momentos previos al ataque de los rugbiers y explicó que golpearon a su amigo sin mediar palabra. "En el momento ninguno se esperaba que pasara algo así. Yo pedí por favor que pararan y uno de ellos me amagó a pegarme. Vuelvo a decir 'paren por favor' y ahí es cuando uno me pega. Yo me caí arriba de un auto, fueron dos minutos y medio eternos", expresó.
Después explicó que le pegaron una piña de imprevisto que lo tiró al suelo y empezaron a pegarle patadas en el suelo. Además, contó que "tres o cuatro de los rugbiers le pegaban y el resto limitaba que nadie se acercara". "Les daban patadas en el pecho y en la cabeza", precisó.
También identificó a Máximo Thomsen como el imputado que más golpeó a Fernando, aunque también apuntó contra Luciano y Ciro Pertossi tras ver los videos del ataque en la audiencia. Una vez consumada la golpiza, Filardi se acercó a su amigo y comprobó que no tenía signos vitales, por lo que una persona no identificada intentó reanimarlo sin éxito. "Fernando estaba con torso al aire y lo tapamos. Tenía la cara inflamada y con cortes", dijo.
Juan Bautista Besuzzo fue el segundo de los amigos de Fernando que declaró en Dolores. El joven recordó que aquella noche el boliche en donde estaban estaba con la capacidad llena, lo que producía muchos roces y empujones entre los asistentes.
Luego del altercado con los rugbiers dentro de la discoteca, Juan contó que salieron a la calle y empezó el ataque a su amigo. "Lo tenía enfrente y me acuerdo que un masculino de remera blanca y pantalón marrón (Enzo Comelli) le da una piña que lo sienta, lo deja arrodillado. Después otro con bermuda de jean y camisa verde (Máximo Thomsen) le dio patadas en la mandíbula cuando Fer estaba inconsciente", recordó sobre la fatídica noche.
Al verlo tendido en el suelo, se acercó a Fernando y le dijo: "Lo acariciaba, le decía 'tranquilo amigo, vas a estar bien', pero no respondía, estaba inconsciente y yo añoraba que estuviera escuchándome". A modo de resumen, manifestó: "Lo que nos hicieron afuera no fue una pelea, fue una emboscada".
Santiago Corbo fue otro de los amigos del fallecido que dio su testimonio e identificó a Ayrton Viollaz como el principal arengador para que los rugbiers golpearan a Fernando. "Es ahora, es ahora", contó Santiago que dijo el imputado, aunque reconoció que no lo vio golpeando a nadie.
Julián García fue el cuarto amigo en declarar. El joven relató lo sucedido adentro del boliche, en donde se originó el problema que desembocó en el trágico suceso. "Un grupo de chicos empezó a decir 'paren de empujar' y ahí siento que me pegan una cachetada en la nuca. Ahí Fer y otro amigo intentan separar. Seguimos para el baño y, cuando salimos, nos llamó Lucas para decir que lo habían sacado a Fernando", contó.
Una vez fuera, el grupo de amigos intercambiaba impresiones del altercado en la discoteca, con aparente tranquilidad. "Por eso Fer se había ido a comprar un helado. Ahí, de la nada, veo llegar a cinco o seis personas a pegarnos. Uno decía 'a ver ahora que estamos afuera'", añadió.
"Ahí me dan un golpe en la parte del oído, lo que me desconcertó. Crucé de nuevo y le pedí a los patovicas si podían ayudarnos. Cuando vuelvo, Fer ya estaba en el piso", fue el final de su relato.
Federico Raulera y Tomás D'Alessandro también atestiguaron contra los rugbiers. Este último reflejó la brutalidad de los atacantes al golpear a Fernando: "Él se cae y se le van al humo. Intervengo, me tiran al piso, me empiezan a pegar y patear, me agarro del pantalón de uno de los agresores, me patean de nuevo y cuando me reincorporo quedo cara a cara frente a Lucas Pertossi".
"Quedo mano a mano con él, me manotea, no me llega y cuando giro lo veo a Fernando en el piso ensangrentado", recordó. A la vez, reveló que Matías Benicelli le gritó a Fernando "a ver si seguís pegando, negro de mierda".
Otro que dejó su testimonio fue Federico Tavarozzi, quien reveló que su grupo creyó que los rugbiers les venían a robar. "Estábamos esperando que saliera Julieta -la novia de Fernando- con dos o tres chicos y seguir las vacaciones", detalló, y agregó que en el momento en el que sacaban a Fernando, le vio "cara de asustado".
El último en declarar fue Lucas Begide, que contó que Ayrton Viollaz le pegó. Los que todavía no prestaron testimonio fueron Ignacio Vaugagna y Franco Corazza, integrantes del grupo de Fernando que presenciaron la muerte de su amigo.
El reclamo de Burlando
Antes de comenzar el juicio, el abogado de la familia del joven asesinado, Fernando Burlando, pidió que los rugbiers se sacaran los barbijos ya que consideró que "hay que dar la cara como lo hicieron ese 18 de enero".