En el marco de los reiterados casos de niños que han sufrido bullying en las escuelas este último tiempo, la doctora en neurociencia Nazareth Castellanos, habló del tema en Arriba Córdoba. Por un lado, explicó la relación que tiene el cuerpo con el cerebro, y por otro, por qué esos desórdenes en la salud son claves para entender nuestras emociones.
“En casos de bullying, especialmente en niños que no siempre saben verbalizar lo que les está sucediendo, no podemos decir que es solo una cosa mental. La mente y el cuerpo están muy unidos y evidentemente esas situaciones que nos pasan, las manifestamos a través, por ejemplo, desórdenes intestinales, problemas en la piel y en la respiración”, afirmó Castellanos.
En lo que respecta a la psicología como una ciencia diferente a la neurociencia, sostuvo que en aquellos “procesos psicológicos desde el punto de vista cerebral”, se les olvidaba que el cerebro “no termina en el cuello”. "El recibe a través de un nervio, que se llama el nervio vago, información de lo que está pasando en todas las bíferas, en el intestino sobre todo, en el corazón, la respiración, el hígado y hasta en el útero”, agregó.
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De esa forma, dio lugar a un ejemplo que se da en esa doble comunicación: “Si yo me asusto, me pongo mal, el cuerpo y los órganos enseguida cambian su funcionamiento y se adaptan a esa situación. Pero, lo que esté sucediendo en los órganos, también influye en el cerebro cuando entran a las estructuras de adentro”.
“Se ha identificado toda una parte que sabe todo lo que está sucediendo adentro de nuestro cuerpo en todo momento. Y eso, nos incluye en la dieta, en como respiramos, es decir, que cuidar nuestra mente, también es tener cuidado y conciencia de nuestro propio cuerpo”, concluyó.
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Cómo reacciona un niño ante una situación de bullying
Castellanos explicó que cuando a los niños les pasa algo en el colegio, como recibir insultos o maltratos, esa información "primero llega por los oídos y por los ojos". Luego, entra en las estructuras "más profundas del cerebro, hasta pasar al exterior de la corteza del mismo".
“Pero en las zonas más profundas del cerebro, que son las primeras que responden ante lo que ha sucedido, son entre otras, la emoción, la memoria y el cuerpo. Por eso se dice que el cuerpo sabe lo que la mente aún no se ha dado cuenta”, manifestó.
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Y concluyó: “En una situación impactante, por ejemplo, cuando somos atacados por nuestros compañeros, para el cerebro es tan fuerte que los sistemas de la memoria empiezan a debilitarse. Por eso, no nos es tan fácil expresarlo verbalmente, ser coherentes y objetivos. Uno mezcla, nuestra mente entra en un sistema medio nubloso, eso si encima es un niño, es peor”.