Se trata de un antídoto que desarrolló China, que se suma a los convenios con otros dos productos en el país.
El Gobierno anunciará que la Argentina hará pruebas de otra vacuna contra el coronavirus, desarrollada en China. Se trata de un antídoto conocido como "Beijing", que se sumará a los convenios con otros dos productos para prevenir el COVID-19 en el país: el de la Universidad de Oxford y el de Pfizer.
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Este acuerdo garantizará el abastecimiento futuro de esta vacuna, si resulta exitosa, ya que en el caso del producto de Oxford, que se fabricará en la Argentina, el suministro será de once millones de dosis.
La vacuna asiática fue desarrollada por la empresa estatal china SinoPharm y es "inactiva". Se fabrica cultivando el virus completo en un laboratorio y después matándolo.
La vacuna de Sinopharm costará menos de mil yuanes (145 dólares aproximadamente) y sería aplicada en un esquema de dos dosis separadas por un lapso de cuatro semanas entre sí. Se establecerá, además, un régimen de prioridad en residentes de grandes ciudades que, por su densidad demográfica, cuentan con mayores riesgos de contraer la enfermedad.
La planta industrial que la farmacéutica tiene en Pekín estaría en condiciones de producir nada menos que 200 millones de dosis anuales.