Una mujer de 80 años reconocida como Suzanne Rees fue encontrada muerta tras quedarse en una parada durante una excursión del crucero Coral Adventurer en una isla del norte de Queensland.
Según reconstruyó la investigación, la pasajera se había sentido mal por el calor mientras realizaba una caminata, y le pidieron que bajara sola hacia el punto de partida. El barco zarpó sin advertir su ausencia y recién cinco horas después se dieron cuenta de que faltaba una persona.
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Al día siguiente, su cuerpo fue hallado entre la vegetación de Lizard Island, una zona agreste y de difícil acceso. Las autoridades locales calificaron la muerte como “repentina”, pero la familia sostiene que hubo negligencia y falta de control por parte de la empresa turística.

“Murió sola, sin nadie a su lado”
La hija de la víctima, Katherine Rees, habló con medios internacionales y exigió que se esclarezca el hecho. “Por lo poco que nos contaron, parece que hubo una falta de atención y de sentido común. Mi mamá murió sola, sin nadie a su lado. No puedo entender cómo permitieron que esto pasara”, expresó con dolor.
“Espero que la investigación forense determine qué debería haber hecho la empresa para poder salvar la vida de mi madre”, agregó, al tiempo que recordó a Suzanne como “una jardinera sana y activa, miembro de un grupo de senderismo”.



