Las demoras por liberar a los dos operarios que quedaron atrapados hace una semana dentro de una mina a 205 metros de profundidad, generaron protestas y marchas de sindicatos y familiares. En respuesta, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, decidió reforzar el operativo con el dictado de un estado de excepción.
Jorge Sánchez (25 años) y Enrique Ojeda (34 años), los obreros que intentan ser recuperados, no pudieron salir del nivel 55 del yacimiento de la minera Cerro Bayo, cuando un derrumbe produjo una fisura de la contigua Laguna Verde e inundó los túneles de agua.
Se cree que los mineros podrían haber llegado hasta un refugio que, en caso de no estar inundado, les permitiría conservar la vida por unos días más.
+MIRÁ MÁS: Una minera chilena contaminó Argentina... y Cristina sabía
Desde el primer día del incidente, la empresa de capitales canadienses a cargo de la extracción de minerales intenta socorrerlos. Se han enviado robots y buzos tácticos que, infructuosamente, intentaron llegar al refugio.
Ayer se terminó de construir otro dique que evitaría que los corredores subterráneos de las minas se sigan llenando de agua. Sin embargo, una fuerte nevada está complicando las operaciones.
+MIRÁ MÁS: La herida de Los Gigantes: polémica por los residuos radiactivos
Dentro de los 70 personas trabajando en el operativo rescate, hay expertos con perforadoras y sondas para avanzar hasta el nivel 55.
El estado de excepción servirá para aumentar y redestinar recursos para la emergencia. Como, por ejemplo, es el caso del envío de otras sondas más potentes a la zona. De ahora en adelante, el ejército tendrá la supervisión del operativo.
El rescate hace recordar al realizado con los 33 mineros atrapados en Atacama en 2010. Desde el gobierno aseguraron que la actual situación es un tanto más compleja que aquella pasada de final feliz. Pues, las características del terreno de la mina de Cerro Chico hacen que las sondas se desvíen.
Además, existe peligro de que los rescatistas puedan caer al agua helada y morir de hipotermia.