El fentanilo es una droga sintética utilizada en medicina para aliviar dolores intensos. Es muy potente: más que la cocaína, la heroína y la morfina, y debido a su efecto adverso sobre el sistema respiratorio una pequeña dosis puede ser mortal.
A fines de junio el estado de Florida, Estados Unidos, fue sacudido por una tragedia relacionada con esta peligrosa sustancia. Una adolescente de 17 años fue detenida ante la acusación de haber puesto fentanilo en la mamadera de su hijo de 9 meses.
La Policía local llegó al domicilio por un llamado de emergencia que alertaba sobre un niño que no respiraba ni tenía pulso, pero los intentos de reanimación fueron inútiles. La madre declaró entonces que ella misma había dormido al menor, quien no volvió a despertarse.
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En una conferencia de prensa, un oficial explicó que el bebé falleció por haber tomado leche con alto contenido de esta droga. Según se supo por la autopsia, el pequeño tenía en su organismo suficiente fentanilo para matar a diez adultos.
En un interrogatorio la joven admitió haber colocado la droga en la mamadera, aunque dijo que creía que era cocaína. Y dio un insólito argumento: planteó que lo hizo porque quería que su hijo "se tranquilizara" para poder descansar.