Los que nos encariñamos con Alf de pequeños, leímos las crónicas marcianas de Ray Bradbury y crecimos temblando de miedo con los X-File, en el fondo siempre quisimos tener un contacto del tercer tipo. Aunque nos genere miedo, queremos ser los primeros en preguntar: ¿y vos de dónde venís?
Al parecer ahora, la respuesta podría ser: "vengo de marte" (a esta altura ya deberían hablar castellano). El planeta rojo tiene agua y eso significa que también podría tener vida. ¿Cuántas generaciones faltan para que los viajes a Marte sean rutina y los extraterrestres, parte de nuestra vida?
Por ahora, la experiencia es para pocos. La Nasa enviará una misión tripulada en el 2030. Y, para eso, están entrenando a un grupo de hombres y mujeres en simulaciones de aislamiento en una isla en Hawai. Doce meses metidos en una cápsula que tiene 11 metros de diámetro y a seis metros de altura. ¿Sin ninguna conexión? Que pase el que sigue.
Claro, es que Marte queda un poquito lejos: a 225 millones de kilómetros, pasitos más, pasitos menos. Con la nave más rápida de la Nasa, estaríamos viajando casi un año. Si usted es de los que siente largo el viaje Córdoba-Rio Cuarto, no se anote.
La otra opción para despuntar el vicio, es anotarse en las exclusivas listas de las empresas que ofrecen viajes al exterior. Uno podría, por ejemplo, hacer avistaje de extraterrestres. Pero en ese caso, a muchos, no nos da la cuenta bancaria. Por seis minutos de ingravidez, hay que pagar 250 mil dólares.
Por ahora y hasta un nuevo anuncio de la NASA, nuestra mejor opción es seguir soñando y pensar que en la próxima "luna roja" tendremos novedades. Eso sí, si alguno de ustedes, se va a marte o ve un marciano, ¿me mandan una selfie? Gracias.