Haga lo que haga, Diego Armando Maradona es noticia en el mundo entero. Sucede hace más de 30 años cuando la cultura futbolera lo elevó al nivel de Dios. Como jugador fue el mejor del planeta y uno de los mejores de todos los tiempos. Sin embargo, como entrenador no pudo revalidar sus pergaminos y en su corta carrera acumula más fracasos que éxitos.
Su último antecedente en el ascenso mexicano fue de lo mejor de su trayectoria. Dirigió dos temporadas a los Dorados de Sinaloa y quedó en la puerta de un ascenso a primera división. Antes dirigió dos clubes en Emiratos Árabes, donde ni siquiera ahí pudo marcar una diferencia, y dos décadas atrás hizo sus primeras armas en el banco de Mandiyú y Racing respectivamente. Lo más notorio en su currículum fue dirigir la Selección en el Mundial 2010, donde Argentina quedó eliminada en cuartos de final tras una histórica goleada 4-0 frente a Alemania.
En sus seis experiencias como entrenador hay un común denominador: mucha exposición y poco trabajo.
En sus seis experiencias como entrenador hay un común denominador: mucha exposición y poco trabajo. Cada lugar donde el "10" llegó para dirigir fue escenario de un circo mediático y el mundo entero se hizo eco de su día a día.
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En La Plata sucederá lo mismo. El club Gimnasia estará en boca de todos los amantes del fútbol y sus partidos se verán en el mundo entero. La rutina diaria de jugadores, dirigentes, empleados y el propio DT será seguida al instante por periodistas de todo el planeta. El número de socios del Lobo crecerá exponencialmente, llegarán nuevos sponsors y las tribunas estarán repletas cada vez que juegue el equipo de "El Diego".
La Superliga también se beneficiará porque ganará en notoriedad y hasta la propia ciudad recibirá más turistas para seguir de cerca el regreso de Maradona al fútbol que lo vio nacer. Los demás clubes también sacarán rédito de su presencia. Hasta Talleres se frota las manos pensando en la gran recaudación que hará cuando Gimnasia venga a Córdoba a fines de septiembre.
Es probable que el único perjudicado de este circo sea el club Gimnasia. El Lobo esta último en los promedios y solo una gran temporada lo salvará del descenso.
El equipo arrancó mal, no ganó en cinco partidos y los dirigentes echaron al entrenador. Sin dudas la llegada de Maradona es un gran golpe de efecto, y seguramente el equipo repunte en las primeras semanas por la motivación de tenerlo al Diego en el banco.
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Pero en el fútbol no existen los milagros ni las recetas mágicas. Los resultados solo llegan despues de mucho trabajo. Los golpes de efecto son importantes y lo anímico juega su papel, pero los estados de ánimo no ganan partidos. Para eso se necesita un buen plantel, un técnico capacitado y un plan serio de trabajo. Y a la vista de los resultados todo indica que Gimnasia no tiene ninguno de los tres.
Como muchos equipos argentinos, Gimnasia no está pasando un buen momento económico. Con el dólar por las nubes la contratación de jugadores extranjeros o de primer nivel se hace cada vez más difícil. En este dificil contexto, lo más lógico hubiese sido que el club gastara esos dinero en un par de buenos jugadores y no en un DT demasiado caro.
El tiempo dirá si la movida de Gimnasia fue una jugada maestra o un grave error. Mientras tanto, mientras se arma el circo, los hinchas de Gimnasia deberán acostumbrarse a las luces y alentar para que el show no se devore al Lobo.