Según los datos publicados este miércoles por el Indec, el rubro de Prendas de vestir y calzado fue el que más aumentó durante el mes de agosto. Creció un 9,9 por ciento, prácticamente tres puntos por encima del nivel general.
Este fenómeno fue todavía más marcado en Córdoba, donde pegó un salto del 12,93 por ciento, casi el doble del índice de precios al consumidor (IPC) registrado por la Dirección General de Estadística y Censos de la provincia, que fue del 6,24 por ciento.
No se trata de un fenómeno aislado: en los últimos seis meses la indumentaria le ha ganado siempre a la inflación. Como muestra el siguiente gráfico, después de un inicio de año tranquilo, en marzo empezó a superar a la media. Desde entonces acompaña la tendencia alcista, aunque siempre lo ha hecho a un ritmo más rápido.
La causas
En diálogo con ElDoce.tv, Matías Venencia, socio de la empresa fabricante de calzado cordobesa Panther, explicó que uno de los principales motivos tiene que ver con la poca disponibilidad de insumos en el sector.
“Los proveedores nos cambian los precios cada 15 días. Tratamos de no trasladar todo eso a nuestros clientes porque sabemos que el comercio está muy golpeado, pero se hace muy difícil”, lamentó.
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En esa línea, indicó que hay algunas materias primas que son cada vez más difíciles de conseguir por el cierre de importaciones y que hay distribuidores que “especulan” esperando que su precio suba para vender.
A su vez, remarcó el impacto que tiene el tipo de cambio. “En junio y julio subieron los precios por la corrida del dólar blue. Ahora tanto el oficial como el paralelo están quietos, pero a nosotros nos siguen aumentado”, sostuvo.
Impacto en el consumo
Por otro lado, Venencia aseguró que la crisis económica ha tenido especial impacto en su actividad, a la que definió como “uno de los rubros más golpeados”.
Explicó que a diferencia de la ropa, el calzado tiene una vida útil más larga y un precio más caro. Por eso, las personas tratan de “estirar” su uso frente a panoramas como el actual y evitan el recambio.
“Es un tema de usos: el que todavía tiene un resto como para salir a comer o bailar, se puede dar el lujo de comprarse una camisa nueva. Pero esa misma persona lo piensa dos veces cuando necesita cambiar las zapatillas”, ilustró.
Por último, dijo que a esto se le suma el crecimiento de productos importados más económicos provenientes de Brasil, que representan una fuerte competencia.