La inflación avanza a un ritmo cada vez más acelerado y no hay bolsillo que aguante. Los pequeños ahorristas buscan alternativas para no perder tanto y se preguntan cuál es la mejor opción para sacar una rentabilidad a sus pesos.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció la octava suba de tasas en lo que va del 2022. Luego de que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) anunciara que la inflación de julio fue de 7,4 por ciento, el Banco Central elevó los límites mínimos de las tasas de interés sobre los plazos fijos de personas humanas.
Ahora el nuevo piso de tasa nominal pasó del 61 por ciento al 69,5 por ciento para depósitos a 30 días. Esto representa un rendimiento por mes del 5,79 por ciento y un rendimiento anual efectivo (si se reinvierte el interés) del 96,5 por ciento.
Si una persona deposita 100 mil pesos en plazo fijo tradicional obtendrá en 30 días una ganancia 5.791 pesos. Y si ese capital inicial lo reinvierte mes a mes con los intereses obtenidos, ganará en un año 196.500 pesos.
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Sin embargo, en los últimos 12 meses la inflación acumulada es del 71 por ciento, el más alto en 30 años. Por lo que, según economistas consultados por Ámbito, aunque el BCRA aumente las tasas nominales, “la tasa real (lo que queda una vez descontada la inflación) sigue en terreno negativo”.
A medida que siga aumentando la inflación, siguen conviniendo los plazos fijos UVA que funcionan con el sistema de Unidades de Valor Adquisitivo, cuyo valor se ajusta al Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER).
A diferencia del plazo fijo tradicional, el mínimo tiempo de inversión del UVA es de 90 días y ofrece una rentabilidad por encima de la inflación: una tasa mínima anual de 1 por ciento.
Este tipo de instrumento permite precancelarlo a partir de los 30 días como el plazo fijo tradicional. Sin embargo, el ahorrista recibirá una tasa menor.