Javier Stul miró hacia el lago San Roque y recordó: “Era un día como hoy, el agua estaba igual de picada, la única diferencia es el sol. Ese día estaba nublado”. El hombre es uno de los 12 sobrevivientes del hundimiento del anfibio “El Cisne”, que dejó un saldo de cuatro muertos.
Este lunes 17 de julio se cumplen 20 años de la tragedia que tuvo lugar en Carlos Paz. En 2003 la embarcación sufrió una falla en su motor y se vino a pique. Las víctimas fatales, una familia de Santa Fe y un turista de Mar del Plata, quedaron enganchadas en una baranda y fueron arrastradas hacia las profundidades.
Quienes se salvaron pasaron cerca de 40 minutos en el agua, a la deriva, muchos incluso sin salvavidas. “Lo único que tenía era una campera verde del ejército”, contó Javier a El Doce.
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El abrigo le sirvió para asistir a una niña, que también estaba a bordo de la nave. “Me hizo señas y logró acercarse. Se aferró a la capucha hasta que nos sacaron”, rememoró.
Secuelas psicológicas
A raíz del traumático episodio Javier desarrolló una fobia al agua. Desde entonces, nunca más pudo subirse a ningún tipo de embarcación. “Lo único que pude fue volver a meterme a la pileta”, dijo.
Y agregó: “Estuve todo este tiempo trabajando con un psicólogo, tratando de dejar todo eso en algún lugar, pero es imposible”.
Causa y condena
Por el hundimiento habían quedado imputados por los delitos de homicidio simple con dolo eventual y lesiones culposas Cristian Kochman, dueño del anfibio; Carlos Caceres, timonel, y José Gabreil Ferreyra, titular registrado.
Estuvieron cerca de siete meses detenidos en Bouwer. En 2010 fueron favorecidos por una probation que paró la acción penal y pasó a una demanda civil contra la Provincia de Córdoba.
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En 2021 la Provincia fue condenada a pagar $400 mil pesos a una de las víctimas por los daños ocasionados. Pablo Rostagno Jalil, abogado querellante en la causa, tildó a la suma de “ínfima”.
Sostuvo que quedó probado que el capitán y timonel recibieron su licencia sin haber aprobado un exámen de idoneidad, que el vehículo no tenía el certificado de navigibidad habilitado y que 16 días antes de hundirse se había emitido un pedido de secuestro.