“Es posible”, fue lo último que dijo Mauricio bajo la atenta mirada de su esposa Claudia y su beba Amelia. Se refería a cumplir el sueño de ser padres, ese por el que lucharon durante 15 años.
El matrimonio es de la localidad cordobesa de Oliva y la naturaleza les impedía tener un hijo o una hija que terminara de completar la familia que deseaban. En Seguimos en El Doce contaron que pasaron por estudios, tratamientos de fertilidad en Córdoba y en Buenos Aires y hasta ingresaron al padrón de adopción pero no podían concretar su sueño.
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“Ya en la última etapa habíamos bajado los brazos por seguir intentando. Eran muchos los riesgos que se corrían con respecto a nuestra salud tanto física como psicológica”, recordó Mauricio. De repente surgió la posibilidad de subrogar un vientre: “Empezamos investigando y a medida que avanzábamos veíamos que era posible”.
Pero no fue fácil: en 2018 emprendieron “la cruzada”, como ellos lo definieron. “Viajamos a Estados Unidos a hacernos los primeros estudios. Es un trámite complejo y costoso”, explicó el flamante papá y siguió: “En 2019 viajamos a dejar nuestras muestras genéticas”.
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Luego fue el momento de buscar un vientre subrogante. Cuando lo consiguieron no tuvieron “suerte”. “Durante 2020 y 2021 no se dieron los embarazos con una primera subrogante”, comentó Mauricio y recordó que en 2022 iniciaron un segundo tratamiento. “Ya casi habíamos desistido, éramos conscientes de nuestra edad, de la barrera y de una serie de cosas que te llevan a decaer”, agregó.
Sin embargo, decidieron apostar por una “última chance”. “Decidimos hacerlo por última vez para no quedarnos con que nos faltó algo para completarlo y en ese momento tuvimos éxito”, relató sobre el momento en el que Amelia fue concebida.
Embarazo y nacimiento
Los nueve meses de embarazo Claudia y Mauricio los vivieron a través de la virtualidad. Es que la pandemia irrumpió en el mundo y la posibilidad de viajar a las ecografías era complicada.
“Seguimos el paso a paso de la gestación a través de la agencia interventora que manejaba los fondos, los médicos y la subrogante”, recordó la mamá que comentó que participaron de cada estudio que se hizo la subrogante y sumó: “Laura nos mantenía en contacto por WhatsApp y participábamos”.
Acerca de la mujer que llevó en el vientre a su hija, Claudia aseguró: “Nos tocó una subrogante divina. Todavía mantenemos el contacto porque las dos tenemos claro cuáles han sido nuestros roles en este proceso”.
“Al día de hoy me emociona mucho cuando pienso en todo lo recorrido”, expresó. Además, contó que no pudieron estar en el parto de Amelia porque se adelantó. “Nos agarró en pleno vuelo. Estábamos en Chile por salir a Miami y nos avisó Laura que estaba en trabajo de parto”, recordó. Cuando aterrizaron, la beba ya había nacido.
Sueños
Tanto Claudia como Mauricio aseguraron que trabajan de lo que aman, que tienen una hermosa familia con sobrinos y amigos. Pero reconocieron que sentían que les faltaba algo: “Era nuestra hija”.
“No queríamos bajar los brazos de ser padres, era un sueño que teníamos pendiente. Nos agarra de grandes pero es el sueño por el que luchamos todos estos años”, se sinceró la mujer.
En ese sentido, su esposo confesó: “Estuvimos 15 años imaginando a nuestro hijo”. “Ahora que la tenemos el sueño es poder verla crecer bien, con salud y buena educación. Seguramente no irá guiando ella”, concluyó.