El aluvión de interesados en cobrar el bono que anunció el Gobierno hizo que la página de Anses colapsara, tal como sucedió en el 2020, cuando el Estado nacional dispuso el pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Ahora se llama Refuerzo de Ingresos y consiste en una ayuda de 18 mil pesos, a pagar en dos veces de 9.000: una en mayo y la otra en junio. El IFE fue de 10 mil pesos y se pagó en tres oportunidades.
La primera sorpresa de aquel entonces fue la sobreestimación de la urgencia: el Gobierno calculó que unas cuatro millones de personas se inscribirían para la ayuda y fueron finalmente más del doble: 9,5 millones. De esos, alrededor de 2,5 millones eran padres que perciben la Asignación Universal por sus hijos, pero el resto fueron todos trabajadores no registrados. Jamás imaginó el Gobierno que habría un universo de siete millones de personas fuera del radar de Afip o Anses.
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Primer error de cálculo: la informalidad es un problema mayúsculo en la Argentina y tras la pandemia no se hizo nada para remediarlo. Hoy, el empleo registrado recuperó el 94% de los puestos que perdió durante la crisis del Covid, pero todo lo que no estaba registrado sigue en la misma condición.
Lo segundo a tener en cuenta es que los salarios, jubilaciones o bonos de emergencia anunciados valen cada vez menos, como el peso mismo. Para tener una idea: en mayo del 2020 se pagó el primer IFE de 10 mil pesos. Entre entonces y marzo de este año la inflación fue del 117%, ergo, para que el IFE tuviese el mismo poder de compra que entonces debiera ser de $21.700. Es la “ilusión monetaria”: creés que 18 mil pesos es un montón, pero en realidad está 17% abajo del IFE del 2020. Encima se pagará en dos veces.
El tercer problema sobreviene al entender cómo se pagará este bono. ¿Impuesto a la renta inesperada? No, aunque el impuesto intente ser aplicado igual y siga su curso. Pagar este bono costará entre 200 mil y 240 mil millones de pesos, según la cantidad de beneficiarios que se anoten.
La recaudación de abril y mayo será mayor de la prevista, ya que aumentaron desmedidamente los precios (el IVA recauda más si los valores son más altos y el impuesto a las Ganancias también en pesos nominales) y granos como el trigo y la soja, que vuelan, y sobre eso se pagan retenciones. Todo esto generará un excedente de pesos que el Gobierno decidió destinar al bono.
Es casi patológico: la emisión monetaria en exceso del plan platita de las elecciones pasadas es la causa principal de la inflación de hoy, que se remediará con la platita generada por la misma inflación. En breve, esta ola de pesos volcados al mercado, más las paritarias, impactará en los precios y habrá que volver a remediar la situación con un bono que se pagará con la recaudación excedente de la inflación que sobrevenga de acá en más.
Está bueno asistir a los más vulnerables en un contexto donde comer se ha vuelto inalcanzable para la mayoría de los argentinos. Pero hay que atacar de una vez por todas la inflación, que empobrece a todo el mundo por igual, más allá de que se cobre o no un bono, aunque sea devaluado.