Emile desapareció el sábado mientras jugaba en la casa de sus abuelos, en una pequeña aldea de la Alta Provenza. Se montó un enorme operativo y hasta sospechan un secuestro.
El debate merodea Francia desde que, en la década de 1980, empezaron las revueltas urbanas que se generan en la falta de integración de los descendientes de la inmigración norafricana.
Un crimen policial de carácter racista hizo estallar otra ola de violentas protestas, con barricadas ardientes y automóviles y locales comerciales incendiados.
El entrenador está preso con su hijo en Niza. Un mail fue clave para iniciar la investigación. Estaba a punto de dejar su cargo en el club parisino, que ya le había comunicado su salida.